"Aquí comienza Alaska". En cuanto entres al parque de Kenai Fiordos y al bosque de Chugach te quedarás boquiabierto con Seward, una ciudad ubicada en el corazón de la naturaleza salvaje y conservada perfectamente entre fiordos, glaciares, y profunda vegetación. Recarga las pilas en los restaurantes, cafeterías, y tiendas de Seward antes de aventurarte a descubrir los espacios naturales que rodean a esta ciudad tan pintoresca. Te esperan lugares maravillosos, entre ellos las islas y los fiordos que conforman el parque nacional de Kenai Fjords. En el sur del parque Seward Waterfront se encuentra el Alaska Sealife Center, que ofrece una vista completa de la fauna y la flora marina de la región, mientras que en el museo Resurrection Bay Historical Society podrás conocer la historia de la creación de la ciudad de Seward. A unos 20 kilómetros el noroeste de la ciudad te espera el majestuoso glaciar Exit, al que podrás llegar en coche, en moto de nieve o, incluso, en trineo durante el invierno.
En la costa sudeste de Alaska, en medio de la naturaleza salvaje, se encuentra Juneau, ciudad convertida en una interesante etapa para los cruceros que se dirigen a la zona más al norte de los mapas. Juneau tiene una particularidad: no está unida a ninguna de las demás ciudades de Alaska por carretera. Hoy en día capital del estado, Juneau atraía a finales del siglo XIX a los buscadores de oro, de ahí que todavía conserve una actividad minera bastante intensa. El puerto te dará la bienvenida rodeado de tiendas, museos y cafeterías. Desde allí puedes dirigirte hasta el centro y visitar el increíble Red Dog Saloon, en la calle Franklin. Luego puedes subir por Glacier Highway hasta llegar a Glacier Gardens, donde verás una variedad de plantas. Si eliges descubrir esta localidad con alguno de los circuitos de senderismo que salen desde el centro, podrás visitar el antiguo patrimonio minero de la región. También puedes hacer alguna excursión por los alrededores de Juneau: del glaciar Mendenhall a las cascadas de Nugget Falls, pasando por el fiordo de Tracy Arm. Y, si todavía te queda tiempo, coge el tren y sube hasta la cima del monte Roberts, a 548 metros de altitud.
Ciudad situada en el sur de Alaska, Ketchikan es el cruce principal de esta parte de Estados Unidos. Pertenece al territorio del pueblo Tlingit, y es conocida a nivel mundial por sus esculturas de tótems, que le aportan un encanto único a la localidad. Durante la escala en Ketchikan te van a encantar todos los encantos que tiene la ciudad y su cultura local. Para comenzar, dirígete al Totem Heritage Center, el lugar donde vas a descubrir la colección más grande del mundo de tótems verticales, que datan del siglo XIX, además de adentrarte en la cultura de las tribus Tlingits, Haïdas y Tsimshians de Alaska. No te pierdas la visita al Totem Bight State Park. Si quieres descubrir la fauna y la flora locales, dirígete al Alaska Rainforest Sanctuary o al bosque nacional de Tongass, donde podrás hacer algunos de los senderos. Si eres un aventurero de corazón, te está esperando una expedición en kayak para descubrir los fiordos Misty.
Vancouver es una ciudad portuaria que está creciendo mucho y que tiene una infinidad de puntos de interés, tanto culturales como naturales. Rodeada por el océano Pacífico, ‘la Perla’ del oeste canadiense tiene mucho para ofrecer a sus visitantes: planes culturales, compras, senderismo en el bosque canadiense o paseos por el mar, entre otros. Puedes comenzar por una excursión al centro dirigiéndote a la galería de arte de Vancouver, en la que podrás deleitarte con su colección de 10.000 objetos, a través de los que se relata la historia de la Columbia británica. Después, podrás ir a la península de Granville Island y hacer algunas compras, u optar por respirar un poco de aire fresco en el parque Stanley, al noroeste de Vancouver. Es un lugar con un bosque enorme y senderos a orillas del Pacífico muy agradables. Por ejemplo, en la bahía de English podrás aprovechar al máximo el clima relativamente agradable de Vancouver.